Primero juego, luego manga, y luego set. Y después partido, y luego triple punto para campeonato

Eran las once y media de la noche. El hombre mexicano de gorra blanca que había alentado a su manera a David Nalbandian toda la noche había lanzado su nuevo pedido, haz la mano de Dios con una raqueta. El argentino ganaba 7-5, 5-4 y 30-30 cuando una pelota lanzada por su rival tocó la red y le quedó regalada para ponerse match point. Setenta minutos después, era Ivan Ljubicic quien festejaba la victoria ante las menos de mil personas que quedaban en el estadio Qi Zhou en la ya fría madrugada.

Cuando aquella pelota le quedó servida para ponerse a un punto de la victoria, Nalbandian tuvo que decidir. "En vez de jugarla segura quise tirar un drop y la bola dio en la faja, tuve mala suerte; y enseguida otra pelota tocó la red y se me fue afuera; fueron dos errores en un game demasiado importante", dijo con el resultado todavía atragantado.

Sus palabras encierran una de las claves del partido. En un partido de tenis, como tan bien captó Woody Allen en el comienzo de Match Point, una pelota que pasa o no pasa la red puede cambiarlo todo. Una parte la hace la suerte, otra la mayor o menor precisión.

Vía Clarín