Salsa golfa

Entrevistador: Bienvenido Roberto Gómez Bolaños y el "Ñoño" ¡Un placer!
El Chavo: Bueno pero no "senoje".
(risas)
Entrevistador (haciendo que se seca las lagrimas de risa): ¡Que bárbaro! bárbaro...
(silencio)
Ñoño: Mi nombre es Senón Barriga y Pesada.
(risas)
Ñoño (con lágrimas en los ojos): ¡Tengo sentimientos!
(el Ñoño se levanta y sale corriendo, tropieza con una planta de utilería y cae)
(primer plano a la cara sufriente del Ñoño)
(risas y aplausos)
Entrevistador: Te quería decir gracias chavito... gracias por hacer reir a la humanidad.
El Chavo: Bueno pero no "senoje".
(el estadio explota, la gente aplaude, grita, llora)
Entrevistador (de pie, y alentando al público): ¡Vamos señores, acá está el Chavo!
(la gente se vuelve loca, un estruendo de júbilo y alegría inunda el estadio, hay mucha devoción en el aire, la gente salta, vuela, pare, grita hasta la muerte)
Entrevistador (llorando empieza a cantar, haciendo ademanes con las manos para que el público lo siga): Óyelo, escúchalo, está buscando amigos...
(la gente se prende y todos empiezan a cantar durante horas, nunca se vió nada igual)
Todos (finalizando la canción): ...te está buscando a tí!!!!
(ovación final)

(Dato loco: todos los niños nacidos o concebidos durante la entrevista fueron bautizados como "Chavito" en homenaje al célebre personaje)


A continuación (y fuera de programa) el Licenciado en Alquímia, Jorge Carlos Bonete dará una conferencia sobre la manipulación de la materia:

"La materia se puede manipular. Cuando uno calienta el agua para hacer una salchicha, está manipulando la materia. Está "calentando" la materia. ¿Y cúal es la materia en ese caso? El agua. Ahora bien, la alquímia, lo que trata de lograr es transformar metales ordinarios, en oro. "¿Es esto posible?" Dirán algunos pelotuditos. ¡Pero claro que si, hombre!
Por ejemplo, cuando uno calienta el agua para hacer una salchicha. ¿Qué pasa? El fuego calienta el agua, y esta, a su vez, se calienta. Luego uno echa la salchicha al agua y espera a que la salchicha se caliente (pero que la eche delicádamente, a modo de prevenir una posible salpicadura con aceite hirviendo). Una vez caliente, la salchicha es retirada y colocada en un pan de pancho abrido por la mitad, o en su defecto, en un plato de porcelana. Muchos dirán: "¿Y esto?" con cara de incrédulos. Ahora viene lo bueno. No sean angurrientos. Despues, uno le puede poner mayonesa, mostaza, sabora, "ketchup", salsa golfa, o una combinacion prudente de estas especias. "¿Y para beber?" dudarán algunos incrédulos. Pues yo les digo: "¡pueden beber lo que quieran, hombre!". Algunos beberán agua con gas o sin gas, otros elegirán alguna gaseosa, algunos, vino tinto u rosado, otros, bebidas blancas como la leche. En fin, beberán según sus gustos sean. Luego vendrá el postre. Un almendrado, una ensalada de frutas, una diversidad de postres habrá para elegir. Algunos preguntarán incrédulos: "¿se puede repetir?". Yo les digo: "no... hombre, ¿cómo vaís a repetir? ¿cómo vaís a orinar insensíblemente a la mano que te alimenta con tanto cariño?"."