Ciencia Patafísica (Esdrújula)
" Para un espíritu bien adiestrado en los métodos científicos modernos, la verdadera demostración de la no existencia de la jirafa reside en el hecho de que la jirafa no existe.
Este tipo de razonamiento se conoce como "método de Lavoisier": es sabido que el fundador de la química demostró de este modo la inexistencia de los meteoritos al declarar: "Es imposible que caigan piedras del cielo, porque no hay piedras en el cielo".
En la época actual, este método ha sido brillantemente empleado por Simón Newcomb, que demostró que los aviones no pueden volar porque es imposible que exista una aeronave más pesada que el aire, y también por Marcelo Boll, que demostró que los fenómenos parapsicológicos no existen porque no existen fenómenos parapsicológicos. Otros sabios han practicado también tan saludable prevención, lo que impulsó a un norteamericano llamado Charles Fort a escribir una obra titulada El libro de los condenados y dedicada exclusivamente a reseñar hechos expulsados, a tan justo título, del campo de la Ciencia.
Entre estos hechos condenados se destaca netamente la leyenda del animal llamado jirafa. El explorador árabe Al Kwarismi fue quien describió por primera vez a esta bestia mitológica de cuello extremadamente largo. A partir de entonces, numerosos viajeros han pretendido haber visto, y hasta fotografiado! jirafas. Resulta, pues, interesante, examinar cómo pudo originarse semejante leyenda. Hay varias explicaciones posibles.
1) La explicación óptica
Es sabido que en los desiertos, que es donde se han avistado jirafas, se producen espejismos. Estos espejismos se deben al fenómeno de inversión. Este fenómeno consiste en que, por razones muy conocidas por los meteorólogos, una capa de iare frío se encuentra superpuesta a una capa de aire caliente, cuando lo normal es que sea el aire caliente el que está encima del aire frío. La diferencia de densidad relativa entre las dos capas de aire produce entonces la curvatura de los rayos de luz y, en consecuencia, el espejismo. Un objeto se ve entonces en un lugar donde no está o con una forma modificada. Con mucha frecuencia, la inversión hace aparecer el objeto bajo una forma alargada, como los espejos deformantes de los parques de diversiones. Resulta, pues, perfectamente admisible, que un animal absolutamente vulgar y conocido, como un unicornio, por ejemplo, pueda presentarse al explorador bajo una forma increíble y alargada, dando así origen a la leyenda de la jirafa.
2) La explicación por la sed
El espejismo que ha dado origen a la leyenda de la jirafa puede haber tenido, también, un origen psicológico. Perdido en el desierto, sediento, el explorador, en estado de inconsciencia, puede haber soñado que tenía un cuello extremadamente largo que le permitía alcanzar el oasis más cercano. Qué más lógico, entonces, que imaginarse un animal imposible, que justamente tiene el cuello de una longitud increíble?
3) La explicación psicoanalítica
Un eminente psicoanalista alemán, el profesor Hegebur, en su obra Prolegómenos a la introducción de una investigación para el conocimiento de la jirafa, demuestra muy acertadamente que el largo cuello de la jirafa no es otra cosa que un símbolo fálico. Esta es también una explicación plausible del mito de la jirafa.
Es sabido que de este mismo modo se ha refutado la ingenua superstición de algunas tribus salvajes, según la cual el extracto del hongo penicillium notatum ejercería una acción curativa sobre las enfermedades. Este hongo es, evidentemente, otro símbolo fálico. La existencia de un producto llamado penicilina y al que se atribuyen virtudes curativas maravillosas, es, lógicamente, simple superstición.
Vemos, pues, que el mito de la jirafa puede explicarse perfectamente mediante argumentos ópticos, fisiológicos o psicoanalíticos. El método científico moderno no tendrá dificultades en desmentir, asimismo, otras afirmaciones consideradas excéntricas, del tipo de las de Charles Fort.
Es bien sabido que no pueden existir hechos que no hayan sido descriptos en las numerosas y excelentes obras de Marcelo Boll (Larousse, editor). Todo hecho no descripto en tales obras (apariciones en el cielo, señales misteriosas recibidas por radio desde los espacios interestelares, caída de piedras del cielo) debe considerarse como una ilusión o una alucinación colectiva.
Para terminar señalaremos un hecho curioso que demuestra hasta qué punto la sabiduría popular coincide con el método científico. Un granjero norteamericano, al que se le enseñó un dibujo que representaba a la supuesta jirafa, exclamó: "No existe un animal como este!". No resulta maravilloso comprobar hasta qué punto el buen sentido popular coincide así con el rigor del método científico?
Nota: Acabamos de enterarnos de que la jirafa existe, lisa y llanamente, y que hay ejemplares en todos los jardines zoológicos. Pero esto no modifica en nada nuestro razonamiento."
Un tal Jacques Bergier.
5 Comments:
No se que decir, pero incremento el contador (que es lo que realmente importa).
hola. me gustaria hablar con alguno de vosotros si es que en verdad existís.
si no, no, claro.
os mando mi mail ultrasecreto. pero despues de leerlo teneis que destruir el ordenador y eliminar a cualquier posible testigo.
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