Hoy no puedo ir al cine, perdón
Océanos, caldos, primitivos, volcanes, tormentas, eléctricas, la naturaleza volcaba su furia en busca del milagro...
En busca de la conjunción de algunas sustancias. Y de repente... vida...
Nadando por ahí. El primer humano, desnudo, nadaba por ahí. En busca de su Eva. Esquivando anémonas y corales, fitoplancton en cada lugar. Lleno, pero lleno de un aire denso y rojizo, como el rocío de un mundo de coral.
Los dioses eran aun jóvenes, y bajaban a boludear. Lleno de dioses era el mundo. El dios del trueno, el dios del auge automotor, el dios del amor...
Y el tiempo pasó, tan a prisa pasó, que Jack no se dio cuenta.
- Se te hará tarde para el trabajo, amor- la esposa de Jack lo despertaba azotándolo con vehemencia.
- Si- replicó Jack, ya harto cansado y harto de trabajar- prepárame el tocino, amor.
- No Jack, el tocino puedes metértelo en el trasero, ahora levántate y ve al trabajo.
El sol rotó más rápido esa mañana, pero nadie lo notó. Jack se detuvo en un AutoMac.
- Quiero un MacDesayuno, por favor- dijo Jack al parlante parlanchín.
- El MacDesayuno es hasta las 11:00 Am, ya son las 11:04 Am, señor, tendrá que ordenar otra cosa- le respondió en un tono severo el parlante.
- Vamos mujer, quiero mi MacDesayuno- respondió Jack en tono amable y jovial, esperando así, que la empleada cediera.
- Métase el tono amable y jovial en el trasero, no cederé- respondió la empleada.
Ya harto y cansado, Jack retomó su camino hacia el trabajo. Marcó tarjeta. Pero marcó mal. Lo despidieron tan a prisa, que Jack no tuvo tiempo de llorar. Solo de reír tan dramáticamente, que parecía que no paraba de llorar.
Así que decidió viajar hacia el norte. Tierra de libertad y tundra. Tierra de blancas comisuras en las fauces de una tierra añeja. Tan añeja y repleta de viejas fauces blancuzcas, que la libertad acechaba en cada comisura de blanca frialdad. Tierras nórdicas y libres, tundras y dragones, en cavernas frías. Frías y blancuzcas praderas, llenas de comisuras en las fauces de una tierra de increible antiguedad.
Tan repletas de añejas comisuras, y blancas praderas, y blancas nubes, de frialdad penetrante, como la libertad que acecha. En cada comisura, miles de viejas fauces del paso del tiempo, añejo y libre, como el cause de un rio de montaña.
- Métase las fauces de una tierra añeja en el trasero- azotó Dios con vehemencia.
1 Comments:
Me gustó el portaretratos que me regalaste, aunque debi tirar la fotografía que contenía (sin palabras). En cuanto a la frialdad penetrante de la tundra, y las conchezcas fauces de las montañas me parece que Dios azotó con vehemencia.
Y como diría Diego "El cátodo" Minetti: "No me jodan la paciencia".
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